-Ensalzando cierta reportera de Puerto Rico a Yiye, escribió que el profeta ha sido el instrumento de hasta 42,000 “milagros”, o sea, ¡mil veces más que Cristo! Pregunta usted: “¿Nunca ha habido un milagro verdadero?” hecho a través de él. Pues bien, este servidor no ha presenciado los 42,000 “milagros hechos por Yiye ”, todos y cada uno. Miles tocados por él testimonian “milagro verdadero” , pero no confío en el “testimonio” de personas que no saben discernir entre “prodigios mentirosos” y milagros auténticos. ¿Ha hecho Yiye 1,000 milagros auténticos y 41,000 ficticios? ¿Hicieron Cristo y los apóstoles algunos auténticos, pero otros de embuste? ¿Eran de índole psicosomática algunas de sus sanidades, representándolas ellos como “sanidades sobrenaturales de condiciones físicas”? No creo. Pero, las “sanidades ficticias” que presencié en las campañas de Yiye me convencen que ninguna de las 42,000 es obra de Dios, pues razono: ¿cómo es posible que algunas sean de Dios, pero otras por estratagemas humanas? ¿Tiene usted explicación para tal dilema?
¿Nunca personas por su mensaje evangelístico han nacido de nuevo?
-Sin duda, hay personas que han cambiado su conducta moral al escuchar el mensaje típico que predica Yiye . Al reflexionar pienso que lo mismo puede decirse de casi cualquier predicador de cualquiera secta o religión. Testigos de Jehová, Mormones, Adventistas del Séptimo Día, Bautistas, Metodistas, Presbiterianos, Mita, aun Católicos: ¿no logran sus mensajeros que algunas almas modifiquen su conducta? De ahí, que nazcan de nuevo conforme a las instrucciones del Espíritu Santo es otro asunto.
-Le pregunto: ¿cuándo ha escuchado usted que Yiye, o cualquier predicador pentecostal , o cualquier ministro de los grupos mencionados, anuncie las sencillas condiciones exactas para “nacer de nuevo” que establece el Señor tanto en su conversación con Nicodemo como en la Gran Comisión? (1) Nacer del Espíritu y (2) nacer del agua (zambullirse en el agua “para perdón de los pecados” ). “Id, y predicad el evangelio a toda criatura. El que creyere, y fuere bautizado, será salvo” ( Marcos 16:15-16 ). Su llamamiento típico a los pecadores nunca incluye el bautismo, ¿cierto? ¿Por qué prescinden de una de las dos condiciones necesarias para nacer de nuevo? Por la falsa doctrina humana que niega que “el bautismo ahora nos salva” (1 Pedro 3:21). “Levántate, y bautízate, y lava tus pecados” (Hechos 22:16; 2:38). ¿No es así? Entonces, ¿cómo pueden nacer de nuevo las personas que escuchan a Yiye si él es remiso en comunicarles las acciones imprescindibles para tal nacimiento bíblico? Rectificar la conducta no es lo único necesario para nacer de nuevo.
Quiero ver las cosas desde un punto de vista que sea el más justo posible y no simplemente porque tal o cual hermano me desagrada cómo hace las cosas, yo lo rechazo. Creo que usted y yo debemos tener cuidado de no estar luchando contra Dios, debido a que lo que hace el hermano Yiye no cuadra con lo que yo entiendo de la Biblia, de como se deben hacer las cosas. Y esto lo afirmo con bastante autoridad porque yo soy un hijo de Dios nacido de nuevo en la iglesia Presbiteriana cuyo ministerio era ejercido por misioneros norteamericanos y hago la connotación de esto, pues ellos ministraban con mucha sobriedad sajona, donde el ruido o cualquiera otra forma de expresión estaban totalmente ausentes. Derivado de esto a mi también me molesta un tanto los excesivos gritos, las danzas, el que se hable en lenguas a todo volumen. Es decir me agrada mucho más lo sobrio que lo ruidoso. Pero eso no significa que porque un hermano ministra el evangelio de una forma que a mí no me agrada, ese hermano sea falso, aprovechador, un individuo con malas intenciones. Debemos tener cuidado con las conclusiones a las que llegamos, aunque obviamente le concedo a usted todo el derecho del mundo para hacer sus planteamientos críticos y al error debemos llamarlo error y decirlo, pero sin perder la dimensión de la verdad