LA ESPADA DEL ESPÍRITU
Dios osadamente le dio al pueblo de Israel el plan por el cual aparecería el Mesías, ¡y hasta le dio una línea cronológica precisa! En Daniel 9:24-27, dado por Dios a Daniel aproximadamente en el 553 D.C., Dios predijo que, desde la promulgación del decreto para reconstruir a Jerusalén, hasta la venida del Mesías, pasarían 69 Semanas de Años Judías, o 483 años judíos. Ya que el Decreto de Artajerjes fue promulgado en el 456 A. C., cualquiera podría haber contado hacia delante para ver cuando Jesucristo sería declarado como el Mesías Judío y cuando El moriría.
Este período de 483 años judíos es de 173,880 días. Contando desde el Decreto de Artajerjes, llegamos a Domingo de Ramos, en el 33 D. C., cuando la multitud declaró que Jesús era el Mesías Judío. Solo 5 días después, Jesús fue injustamente juzgado y crucificado, en completo y absoluto cumplimiento de Daniel 9:24-27. Ahora usted sabe porqué Jesús dijo, en varias ocasiones durante Su ministerio, “Aún no ha llegado mi hora” [Juan 7:6, 8, 30; 2:4]
Si Dios le dio Su plan cronológico preciso al pueblo de Israel, a través del profeta Daniel, en el 553 A. C., usted puede apostar hasta el último centavo que Satanás estaba decidido a evitar que Jesús apareciese en este plan cronológico. Dios predijo que el Mesías vendría directamente del Rey David. [Isaías 9:2-7; Jeremías 33:15-17, 20-22; Ezequiel 34:23-24; 37:24-27; Oseas 3:5; Amós 9:11; Zacarías 12:6-10]. Por lo tanto, usted puede esperar que Satanás tratara de atacar el linaje davídico en los 483 años siguientes. Satanás hizo exactamente eso, siendo su ataque más feroz durante el reinado de Ester.
Ester es una de las figuras clave de toda la Biblia. Cuando ella se convirtió en Reina del Rey Gentil de Persia, su nación, Israel, estuvo al borde de pasar a ser historia. Dios había traído a Babilonia a Israel, comenzando en el 606 A. C., para castigarla físicamente por sus pecados nacionales que se habían extendido por más de 800 años. Los judíos estaban en una tierra hostil, gobernada por personas de gran crueldad, el tipo de crueldad exhibido por el fallecido Iraní, Ayatolá Jomeini. Satanás preparó su plan de aniquilación de los judíos a través del Secretario de Estado del Rey, Amán. Este plan de aniquilación empezó con todos los judíos en Persia, y luego se expandió hacia afuera para incluir a todo judío en el mundo entero. Si Satanás alguna vez tuvo una oportunidad de oro para destruir el linaje mesiánico, este era el momento. Si Satanás pudiese haber cortado el linaje davídico, evitaría que el Mesías apareciese en cumplimiento de las profecías de Dios.
Por lo tanto, el honor y el prestigio de Dios estaban en juego. Esta batalla sobrenatural tuvo que haber sido la más intensa en la historia del mundo hasta ese momento. Dios había elegido usar cumplimientos de profecías como uno de Sus principales sellos de validez. De esta manera, vemos a Dios diciéndonos, “Inquirid en el libro de Jehová, y leed si faltó alguno de ellos; ninguno faltó con su compañera; porque su boca mandó, y los reunió su mismo Espíritu.” [Isaías 34:16].
Estas promesas de Dios debieron de haber estimulado aún más a Satanás en su determinación de aniquilar a los judíos para evitar que las profecías concernientes a la primera venida del Mesías, se cumpliesen.
Pero, antes que Satanás pudiera comenzar su malévolo plan, Dios colocó a una dama muy especial, Ester, en una posición donde ella pudiera actuar de acuerdo con el Plan de Dios, ayudada por su piadoso tío, Mardoqueo. Una vez las acciones de Ester habían preservado a Israel, el conteo regresivo de Dios hacia el nacimiento y el ministerio del Mesías, Jesucristo, continuaría. Solo 28 años después, Dios estimuló al Rey Gentil de Persia, Artajerjes, a emitir su decreto de reconstruir a Jerusalén, comenzando así la profecía de las 70 Semanas de Años de Dios en Daniel 9:24-27.
La acción de Ester viene en un momento muy importante en la lucha sobrenatural entre Satanás y Jesucristo. La frase más famosa en esta historia es dicha por Mardoqueo, cuando Ester está vacilando sobre si iba a actuar en representación de su nación o tomar el sendero seguro de mantenerse callada mientras Amán estaba destruyendo a los judíos. Mardoqueo dijo, “¿Y quién sabe si para esta hora has llegado al reino?” [Ester 4:14]