martes, 26 de mayo de 2015

Pablo de Tarso, el misionero y esclavo de Cristo (película completa)

Aquí mismo, según la costumbre hebrea, el joven Saulo aprendió a construir carpas, lo que le ayudó más adelante, a ganarse el sustento con su propio trabajo (Hch. 18:3; 2 Cor. 11:8; 2 Tes. 3:8). Aparentemente, el joven Saulo se preparaba para ser rabino, ya que inmediatamente después de terminar su educación, se mostró celoso de las tradiciones fariseas y perseguidor de la fe cristiana. Posiblemente por la designación del Sanedrín, él fue testigo de la muerte del primer mártir Esteban (Hch. 7:57 -8:1) y luego recibió el poder oficial para perseguir a los cristianos hasta fuera de los límites de la Palestina y Damasco (Hch. 9:1-2).


El Señor, viendo en él al “cáliz para Sí mismo elegido,” en el camino a Damasco, y de una manera milagrosa, lo llamó al servicio apostólico. Durante ese viaje una luz intensa iluminó a Saulo y él cayó ciego a la tierra.

De la luz se escuchó una voz: “¿Saulo, Saulo, porque me persigues?” A la cual Saulo pregunta: “¿Quién eres?” El Señor respondió: “Yo soy Jesús, a quién tu persigues.”

El Señor le indicó ir a Damasco, dónde se le indicaría que hacer. Los acompañantes de Saulo escucharon la voz de Cristo, pero no vieron la luz. Llevándole de la mano a Damasco, el ciego Saulo fue instruido en la fe y al tercer día bautizado por Ananías. En el momento de sumergirse en el agua, Saulo volvió a ver. Desde ese tiempo él se hizo un esforzado predicador de la enseñanza, que anteriormente perseguía. Durante un tiempo fue a Arabia y luego volvió a Damasco para predicar acerca de Cristo.

El furor de los judíos indignados por su conversión a Cristo lo obligó a huir a Jerusalén (Hch. 9:23) en el año 38 d.C., donde se unió a la sociedad de los creyentes y conoció a los apóstoles. Por el atentado a su vida por los griegos, se fue a su ciudad natal, Tarso. De allí, cerca del año 43 d.C., él fue llamado por Bernabé para la prédica en Antioquía, y luego viajaron juntos a Jerusalén, trayendo ayuda a los indigentes (Hch. 11:30).

Poco después de su vuelta a Jerusalén, por mandato del Espíritu Santo, Saulo junto con Bernabé, comenzó su primer viaje apostólico, que duró desde el año 45 al 51 d.C., atravesando toda la Isla de Chipre. Al mismo tiempo convierte a la fe al procónsul Sergio Pablo y, desde ese tiempo, comienza a llamarse Pablo