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Antiguo Egipto
Artículo bueno
Pirámide de Kefrén y la Gran Esfinge de Guiza.
Historia de Egipto
All Gizah Pyramids.jpg
Prehistoria de Egipto pre–3100 a. C.
Antiguo Egipto
Periodo arcaico 3100–2686 a. C.
Imperio Antiguo 2686–2181 a. C.
Primer periodo intermedio 2181–2055 a. C.
Imperio Medio 2055–1650 a. C.
Segundo periodo intermedio 1650–1550 a. C.
Imperio Nuevo 1550–1069 a. C.
Tercer periodo intermedio 1069–664 a. C.
Periodo tardío 664–332 a. C.
Antigüedad clásica
Egipto aqueménida 525–332 a. C.
Período helenístico 332–30 a. C.
Egipto romano y bizantino 30 a. C.–641 d. C.
Egipto sasánida 621–629
Edad Media
Egipto árabe 641–969
Egipto fatimí 969–1171
Egipto ayubí 1171–1250
Egipto mameluco 1250–1517
Edad Moderna
Egipto otomano 1517–1867
Ocupación francesa 1798–1801
Egipto bajo Mehmet Alí 1805–1882
Khedivato de Egipto 1867–1914
Egipto contemporáneo
Ocupación británica 1882–1953
Sultanato de Egipto 1914–1922
Reino de Egipto 1922–1953
República 1953–presente
Bandera de Egipto Portal de Egipto
El Antiguo Egipto fue una civilización que surgió al agruparse los asentamientos situados en las riberas del cauce medio y bajo del río Nilo. Tuvo tres épocas de esplendor en los periodos denominados por los historiadores Imperio Antiguo, Imperio Medio e Imperio Nuevo. Alcanzaba desde el delta del Nilo, en el norte, hasta la isla Elefantina (la actual Asuán, junto a la primera catarata del Nilo, en el sur), llegando a tener influencia desde el Éufrates hasta Gebel Barkal, en la cuarta catarata del Nilo, en épocas de máxima expansión. Su territorio también abarcó, en distintos periodos, el desierto oriental y la línea costera del mar Rojo, la península del Sinaí y un gran territorio occidental que dominaba los dispersos oasis. Históricamente, fue dividido en Alto y Bajo Egipto, al sur y al norte, respectivamente (véase: Kemet).
La civilización egipcia se desarrolló durante más de 3000 años. Comenzó con la unificación de varias ciudades del valle del Nilo.1 alrededor del 3150 a. C.,2 y se da convencionalmente por terminado en el 31 a. C., cuando el Imperio romano conquistó y absorbió el Egipto ptolemaico, que desaparece como Estado.3 Este acontecimiento no representó el primer período de dominación extranjera, pero fue el que condujo a una transformación gradual en la vida política y religiosa del valle del Nilo, marcando el final del desarrollo independiente de su cultura. Su identidad cultural había comenzado a diluirse paulatinamente tras las conquistas de los reyes de Babilonia (siglo VI a. C.) y Macedonia (siglo IV a. C.), desapareciendo su religión con la llegada del cristianismo, en la época de Justiniano I, cuando en 535 fue prohibido el culto a la diosa Isis, en el templo de File.
Egipto tiene una combinación única de características geográficas, situada en el África nororiental y confinada por Libia, Sudán, el mar Rojo y el mar Mediterráneo. El Nilo fue la clave para el éxito de la civilización egipcia, ya que éste permitía el aprovechamiento de los recursos y ofrecía una significativa ventaja sobre otros oponentes: el légamo fértil depositado a lo largo de los bancos del Nilo tras las inundaciones anuales significó para los egipcios el practicar una forma de agricultura menos laboriosa que en otras zonas, liberando a la población para dedicar más tiempo y recursos al desarrollo cultural, tecnológico y artístico.
La vida se ordenaba en torno al desarrollo de un sistema de escritura y de una literatura independientes, así como en un cuidadoso control estatal sobre los recursos naturales y humanos, caracterizado sobre todo por la irrigación de la fértil cuenca del Nilo y la explotación minera del valle y de las regiones desérticas circundantes, la organización de proyectos colectivos como las grandes obras públicas, el comercio con las regiones vecinas de África del este y central y con las del Mediterráneo oriental y, finalmente, por un poderío militar capaz de derrotar a cualquier enemigo, y que mantuvieron una hegemonía imperial y la dominación territorial de civilizaciones vecinas en diversos períodos. La motivación y la organización de estas actividades estaba encomendada a una burocracia de élite sociopolítica y económica, los escribas, bajo el control del Faraón, un personaje semidivino, perteneciente a una sucesión de dinastías, que garantizaba la cooperación y la unidad del pueblo egipcio en el contexto de un elaborado sistema de creencias religiosas.4 5
Los muchos logros de los egipcios incluyen la extracción minera, la topografía y las técnicas de construcción que facilitaron el levantamiento de monumentales pirámides, templos y obeliscos, unos procedimientos matemáticos, una práctica médica eficaz, métodos de riego y técnicas de producción agrícola, la primera naves conocidas,6 la tecnología del vidrio y de la fayenza, las nuevas formas de la literatura y el tratado de paz más antiguo conocido, firmado con los hititas.7 Egipto dejó un legado duradero, su arte y arquitectura fueron ampliamente copiados, y sus antigüedades se llevaron a los rincones más lejanos del mundo. Sus ruinas monumentales han inspirado la imaginación de los viajeros y escritores desde hace siglos. Un nuevo respeto por las antigüedades y excavaciones en la época moderna han llevado a la investigación científica de la civilización egipcia y a una mayor apreciación de su legado cultural.8
Valle del Nilo.
Índice [ocultar]
1 Ubicación geográfica
2 Cronología
2.1 Los inicios de la civilización egipcia
3 Periodos de la historia de Egipto
3.1 Periodo predinástico (c. 5500 a. C. - 3200 a. C.)
3.2 Periodo protodinástico (c. 3200 - 3100 a. C.)
3.3 Periodo Arcaico (c. 3100 - 2700 a. C.)
3.4 Imperio Antiguo (c. 2700 - 2250 a. C.)
3.5 Primer Periodo Intermedio (c. 2250 - 2050 a. C.)
3.6 Imperio Medio (c. 2050 - 1800 a. C.)
3.7 Segundo Periodo Intermedio (c. 1800 - 1550 a. C.)
3.8 Imperio Nuevo (c. 1550 - 1070 a. C.)
3.9 Tercer Periodo Intermedio (c. 1070 - 656 a. C.)
3.10 Periodo Tardío (c. 656 - 332 a. C.)
3.11 Periodo Helenístico (332 - 30 a. C.)
3.12 Periodo Romano (30 a. C. - 640 d. C.)
4 Economía egipcia
4.1 Comercio, rutas y expediciones comerciales
4.2 Administración y hacienda
5 Lengua
5.1 Escritura
5.2 Literatura
6 Cultura
6.1 Vida después de la muerte
7 Logros
8 Hitos históricos
8.1 Predinásticos
8.2 Dinásticos
9 Véase también
10 Referencias
11 Bibliografía
12 Enlaces externos
Ubicación geográfica[editar]
El territorio que ocupaba Egipto en la antigüedad estaba constituido por una estrecha y larga franja correspondiente al valle del río Nilo, en el noreste de África. Este río nace en los lagos Victoria y Alberto y desemboca en forma de delta en el mar Mediterráneo. Tan solo 60 kilómetros de ancho y 1200 kilómetros de largo constituían este valle de tierras fértiles rodeado en gran parte por el desierto del Sáhara.
Cronología[editar]
Antiguo Egipto
Dinastías y faraones
Periodo predinástico
Periodo protodinástico
Periodo arcaico: Iª - II
Imperio Antiguo: III IV V VI
I PI: VII VIII IX X XI
Imperio Medio: XI XII
II PI: XIII XIV XV XVI XVII
Imperio Nuevo: XVIII XIX XX
III PI: XXI XXII XXIII XXIV XXV
Periodo tardío: XXVI XXVII
XXVIII XXIX XXX XXXI
Periodo Helenístico:
Macedónico. Ptolemaico
Periodo Romano
La obtención de una cronología exacta del Antiguo Egipto es una tarea compleja. Existen diversos criterios de datación entre egiptólogos, con divergencias de algunos años en los últimos períodos, de décadas al principio del Imperio Nuevo y de casi un siglo durante el Imperio Antiguo (véase: Cronología del Antiguo Egipto).
El primer problema surge por el hecho de que los egipcios no utilizaron un sistema de datación homogéneo: no tenían un concepto de una era similar al Anno Domini, o la costumbre de nombrar los años, como en Mesopotamia (véase Limmu). Databan con referencia a los reinados de los diversos faraones, solapando posiblemente los interregnos y las épocas de corregencia. Un problema añadido surge al comparar las distintas Listas Reales de faraones, pues están incompletas o con datos contradictorios, incluso en el mismo texto. Las obras del mejor historiador sobre Egipto, Manetón, se perdieron y solo las conocemos a través de epítomes de escritores posteriores como Flavio Josefo, Eusebio de Cesarea, Sexto Julio Africano o el monje Jorge Sincelo. Desafortunadamente las fechas de algunos reinados varían de uno a otro autor.
Los inicios de la civilización egipcia[editar]
Las evidencias arqueológicas indican que la civilización egipcia comenzó alrededor del VI milenio a. C., durante el Neolítico, cuando se asentaron los primeros pobladores (véase el periodo predinástico). El río Nilo, en torno al cual se asienta la población, ha sido la línea de referencia para la cultura egipcia desde que los nómadas cazadores-recolectores comenzaron a vivir en sus riberas durante el pleistoceno. Los rastros de estos primeros pobladores quedaron en los objetos y signos grabados en las rocas a lo largo del valle del Nilo y en los oasis.
A lo largo del Nilo, en el XI milenio a. C., una cultura de recolectores de grano había sido substituida por otra de cazadores, pescadores y recolectores que usaban herramientas de piedra. Los estudios también indican asentamientos humanos en el sudoeste de Egipto, cerca de la frontera con Sudán, antes del 8000 a. C. La evidencia geológica y estudios climatológicos sugieren que los cambios del clima, alrededor del 8000 a. C., comenzaron a desecar las tierras de caza y pastoreo de Egipto, conformándose paulatinamente el desierto del Sáhara. Las tribus de la región tendieron a agruparse cerca del río, en donde surgieron pequeños poblados que desarrollaron una economía agrícola. Hay evidencias de pastoreo y del cultivo de cereales en el este del Sáhara en el VII milenio a. C.
Alrededor del 6000 a. C., ya había aparecido en el valle del Nilo la agricultura organizada y la construcción de grandes poblados. Al mismo tiempo, en el sudoeste se dedicaban a la ganadería y también construían. El mortero de cal se usaba en el 4000 a. C. Es el denominado periodo predinástico, que empieza con la cultura de Naqada.
Entre el 5500 y el 3100 a. C., durante el Predinástico, los asentamientos pequeños prosperaron a lo largo del Nilo. En el 3300 a. C., momentos antes de la primera dinastía, Egipto estaba dividido en dos reinos, conocidos como Alto Egipto Ta Shemau y Bajo Egipto Ta Mehu.9 La frontera entre ambos se situaba en la actual zona de El Cairo, al sur del delta del Nilo.
La historia de Egipto, como Estado unificado, comienza alrededor del 3050 a. C. Menes (Narmer), que unificó el Alto y el Bajo Egipto, fue su primer rey. La cultura y costumbres egipcias fueron notablemente estables y apenas variaron en casi 3000 años, incluyendo religión, expresión artística, arquitectura y estructura social.
La cronología de los reyes egipcios da comienzo en esa época. La cronología convencional es la aceptada durante el siglo XX, sin incluir cualquiera de las revisiones que se han hecho en ese tiempo. Incluso en un mismo trabajo, los arqueólogos ofrecen a menudo, como posibles, varias fechas e incluso varias cronologías, y por ello puede haber discrepancias entre las fechas mostradas en las distintas fuentes. También se dan varias posibles transcripciones de los nombres. Tradicionalmente la egiptología clasifica la historia de la civilización faraónica dividida en dinastías, siguiendo la estructura narrativa de los epítomes de la Aigyptiaká (Historia de Egipto), del sacerdote egipcio Manetón.
Periodos de la historia de Egipto[editar]
Periodo predinástico (c. 5500 a. C. - 3200 a. C.)[editar]
Artículo principal: Periodo predinástico
Véanse también: Naqada I y Naqada II.
Perro amratiense de piedra. Louvre.
Los primeros pobladores de Egipto alcanzaron las riberas del río Nilo, por entonces un conglomerado de marismas y foco de paludismo, en su huida de la creciente desertización del Sáhara.
Un típico Naqada II jarra decorada con gacelas. (Periodo predinástico)
Se sabe por los restos arqueológicos que antiguamente el Sáhara tenía un clima mediterráneo, más húmedo que el actual. En los macizos del Ahagar y el Tibesti había abundante vegetación. Para aquellos pobladores, el Sáhara sería una extensa estepa con grandes herbívoros que cazar. Las culturas saharianas son, en gran medida, desconocidas, pero no por ello inexistentes.
Las sucesivas fases del neolítico están representadas por las culturas de El Fayum, hacia el 5000 a. C., la cultura tasiense, hacia el 4500 a. C. y la cultura de Merimde, hacia el 4000 a. C. Todas ellas conocen la piedra pulimentada, la cerámica, la agricultura y la ganadería. La base de la economía era la agricultura que se realizaba aprovechando el limo, fertilizante natural que aportaban las anuales inundaciones del río Nilo.
Vasija de terracota con forma de ave (Naqada II).
Louvre.
Tras estas culturas aparecieron la badariense y la amratiense o Naqada I, entre 4000 y 3800 a. C.
Hacia el año 3600 a. C. surge la gerzeense o Naqada II, que se difunde por todo Egipto, unificándolo culturalmente. Esta consonancia cultural llevará a la unidad política, que surgirá tras un periodo de luchas y alianzas entre clanes para imponer su supremacía.
Para lograr mayor eficacia y producción, hacia 3500 a. C., comenzaron a realizarse las primeras obras de canalización y surge la escritura con jeroglíficos en Abidos. En esta época comenzaron los proto-estados:
Las primeras comunidades hicieron habitable el país y se organizaron en regiones llamadas nomos. Los habitantes del Delta tenían una organización feudal y llegaron a establecer dos reinos con dos jefes o monarcas respectivamente. Un reino estaba asentado en un lugar pantanoso, que se llamaba reino del Junco y tenía como símbolo un tallo de junco. Su capital era Buto; tenían a una cobra como tótem. El otro reino tenía como capital a Busiris y como tótem un buitre pero su símbolo era una abeja y llegó a conocerse como reino de la Abeja. Ambos reinos estaban separados por un brazo del río Nilo.
El reino de la Abeja conquistó al reino del Junco de manera que el Delta quedó unificado. Pero algunos de los vencidos huyeron a establecerse en la zona del Alto Egipto donde fundaron ciudades dándoles el mismo nombre que aquellas que habían dejado en el Delta. Por eso muchas ciudades de esta época tienen nombres semejantes en el Alto y Bajo Egipto. Estas gentes fueron prosperando considerablemente hasta llegar a organizarse en un Estado.
Periodo protodinástico (c. 3200 - 3100 a. C.)[editar]
Artículo principal: Periodo protodinástico
Véase también: Naqada III
Paleta ceremonial de época protodinástica. Louvre.
Considerado la fase final del periodo predinástico, también conocido como dinastía 0, predinástico tardío, o periodo Naqada III. Está regido por gobernantes del Alto Egipto que residirán en Tinis, se hacen representar con un serej y adoran a Horus. El nombre de estos reyes figura en la Piedra de Palermo, grabada 700 años después. En este periodo surgen las primeras auténticas ciudades, tales como Tinis, Nubet, Nejeb, Nejen, etc. Son típicos de esta época los magníficos vasos tallados en piedra, cuchillos y paletas ceremoniales, o las cabezas de mazas votivas. Narmer pudo ser el último rey de esta época, y el fundador de la dinastía I.
Periodo Arcaico (c. 3100 - 2700 a. C.)[editar]
Artículo principal: Periodo Arcaico
Cuchillo ceremonial de época arcaica. Royal Ontario Museum.
A finales del periodo predinástico, Egipto se encontraba dividido en pequeños reinos; los principales eran: el de Hieracómpolis (Nejen) en el Alto Egipto y el de Buto (Pe) en el Bajo Egipto. El proceso de unificación fue llevado a cabo por los reyes de Hieracómpolis.
La tradición egipcia atribuyó la unificación a Menes, quedando esto reflejado en las Listas Reales. Este personaje es, según Alan Gardiner, el rey Narmer, el primer faraón del cual se tiene constancia que reinó sobre todo Egipto, tras una serie de luchas, tal como quedó atestiguado en la paleta de Narmer. Este periodo lo conforman las dinastías I y II.
Egipto durante los imperios antiguo y nuevo.
Imperio Antiguo (c. 2700 - 2250 a. C.)[editar]
Artículo principal: Imperio Antiguo
Estatua de Kefrén.
Las Pirámides de Giza.
Bajo la dinastía III la capital se estableció definitivamente en Menfis, de donde procede la denominación del país, ya que el nombre del principal templo, Hat Ka Ptah "casa del espíritu de Ptah", que pasó al griego como Aegyptos, con el tiempo designó primero al barrio en el que se encontraba, luego a toda la ciudad y más tarde al reino.
En la época de la tercera dinastía comenzó la costumbre de erigir grandes pirámides y monumentales conjuntos en piedra, gracias al faraón Dyeser. También las grandes pirámides de Guiza, atribuidas a los faraones Keops, Kefrén y Micerino se datan en este periodo.
La dinastía V marca el ascenso del alto clero y los influyentes gobernadores locales (nomarcas), y durante el largo reinando de Pepy II se acentuará una época de fuerte descentralización, denominada primer periodo intermedio de Egipto. El Imperio Antiguo comprende las dinastías III a VI.
Primer Periodo Intermedio (c. 2250 - 2050 a. C.)[editar]
Artículo principal: Primer periodo intermedio
Fue una época donde el poder estaba descentralizado y transcurre entre el Imperio Antiguo y el Imperio Medio. Comprende desde la Dinastía VII hasta mediados de la Dinastía XI, cuando Mentuhotep II reunificó el país bajo su mando. A pesar de la decadencia, ésta época destacó por un gran florecimiento literario, con textos doctrinales o didácticos, que muestran el gran cambio social. El importante cambio de mentalidad, así como del crecimiento de las clases medias en las ciudades originó una nueva concepción de las creencias, reflejándose en la aparición de los denominados Textos de los Sarcófagos. Osiris se convirtió en la divinidad más popular, con Montu y Amón. Los nomos de Heracleópolis y Tebas se constituyeron como hegemónicos, imponiéndose finalmente este último. Son las dinastías VII a XI.
Mentuhotep II. MMNY.
Imperio Medio (c. 2050 - 1800 a. C.)[editar]
Artículo principal: Imperio Medio
Amenemhat III, el último monarca grande del Imperio Medio
Se considera que se inicia con la reunificación de Egipto bajo Mentuhotep II. Es un periodo de gran prosperidad económica y expansión exterior, con faraones pragmáticos y emprendedores. Este periodo lo conforma el final de la dinastía XI y la XII.
Se realizaron ambiciosos proyectos de irrigación en El Fayum, para regular las grandes inundaciones del Nilo, desviándolo hacia el lago Moeris (El Fayum). También se potenciaron las relaciones comerciales con las regiones circundantes: africanas, asiáticas y mediterráneas. Las representaciones artísticas se humanizaron, y se impuso el culto al dios Amón. A mediados de 1800 a. C., los dirigentes hicsos vencieron a los faraones egipcios; lo que comenzó como una migración paulatina de libios y cananeos hacia el delta del Nilo, se transformó con el tiempo en conquista militar de casi todo el territorio egipcio, originando la caída del Imperio Medio. Los hicsos vencieron porque poseían mejores armas, y supieron utilizar el factor sorpresa.
Segundo Periodo Intermedio (c. 1800 - 1550 a. C.)[editar]
Artículo principal: Segundo periodo intermedio
Durante gran parte de este periodo dominaron Egipto los gobernantes hicsos, jefes de pueblos nómadas de la periferia, especialmente libios y asiáticos, que se establecieron en el delta, y tuvieron como capital la ciudad de Avaris. Finalmente, los dirigentes egipcios de Tebas declararon la independencia, siendo denominados la dinastía XVII. Proclamaron la "salvación de Egipto" y dirigieron una "guerra de liberación" contra los hicsos. Fueron las dinastías XIII a XVII, parcialmente coetáneas.
Ramsés II. Imperio Nuevo. Luxor.
Imperio Nuevo (c. 1550 - 1070 a. C.)[editar]
Artículo principal: Imperio Nuevo
Es un periodo de gran expansión exterior, tanto en Asia —donde llegan al Éufrates— como en Kush (Nubia). La dinastía XVIII comenzó con una serie de faraones guerreros, desde Amosis I hasta Tutmosis III y Tutmosis IV. Bajo Amenofis III se detuvo la expansión y se inició un período de paz interna y externa.
Después de un período de debilidad monárquica, llegaron al poder las castas militares, la dinastía XIX o Ramésida que, fundamentalmente bajo Seti I y Ramsés II, se mostró enérgica contra los expansionistas reyes hititas.
Durante los reinados de Merenptah, sucesor de Ramsés II, y Ramsés III, de la dinastía XX, Egipto tuvo que enfrentarse a las invasiones de los Pueblos del Mar, originarios de diversas áreas del Mediterráneo oriental (Egeo, Anatolia), y de los libios.
Dyeser-Dyeseru (el sublime de los sublimes) de Hatshepsut es el edificio principal del complejo de templos funerarios en Deir el-Bahari.
Los faraones del Imperio Nuevo iniciaron una campaña de construcción a gran escala para promover al dios Amón, cuyo creciente culto se asentaba en Karnak. También construyeron monumentos para glorificar a sus propios logros, tanto reales como imaginarios. Hatshepsut utilizará tal hipérbole durante su reinado de casi veintidós años que fue muy exitoso, marcado por y largo período de paz y prosperidad, con expediciones comerciales a Punt, la restauración de las redes de comercio exterior, grandes proyectos de construcción, incluyendo un elegante templo funerario que rivaliza con la arquitectura griega de mil años más tarde, obeliscos colosales y una capilla en Karnak.
A pesar de sus logros, el heredero de Hatshepsut, su hijastro Tutmosis III, trató de borrar toda huella de su legado hacia el final del reinado, apropiándose de muchos de sus logros. Él también intentó cambiar muchas tradiciones establecidas que se habían desarrollado a lo largo de siglos. Posiblemente fue un intento inútil de evitar que otras mujeres se convertirsen en faraón y frenar así su influencia en el reino.
Alrededor de 1350 a.C., la estabilidad del Imperio parecía amenazada, aún más cuando Amenhotep IV ascendió al trono e instituyó una serie de reformas radicales, que tuvieron un resultado caótico. Cambiando su nombre por el de Ajenatón, promovió como deidad suprema la hasta entonces oscura deidad solar Atón, iniciando una reforma religiosa tendente al monoteísmo. En parte, el monoteísmo de Ajenatón fue un producto del absolutismo real; los viejos dioses habían desaparecido, pero el rey mantenía —para su propio beneficio político— su papel tradicional como mediador entre los hombres y los deseos del nuevo dios. El faraón suprimió el culto a la mayoría de las demás deidades y, sobre todo, trató de anular el poder de los influyentes sacerdotes de Amón en Tebas, a quienes veía como corruptos. Al trasladar la capital a la nueva ciudad de Ajet-Atón (actual Amarna), Ajenatón hizo oídos sordos a los acontecimientos del Cercano Oriente (donde los hititas, Mitanni y los asirios se disputaban el control) y se concentró únicamente en la nueva religión. La nueva filosofía religiosa conllevó un nuevo estilo artístico, que resaltaba la humanidad del rey por encima de la monumentalidad.
Después de su muerte, el culto de Atón fue abandonada rápidamente, los sacerdotes de Amón recuperaron el poder y devolvieron la capital a Tebas. Bajo su influencia los faraones posteriores —Tutankamon, Ay y Horemheb— intentaron borrar toda mención de Akenatón y su «herejía», ahora conocida como el Período de Amarna.
Cuatro estatuas colosales de Ramsés II flanquean la entrada de su templo de Abu Simbel.
Alrededor de 1279 a.C. ascendió al trono Ramsés II, también conocido como el Grande. El suyo sería uno de los reinados más largos de la historia egipcia. Mandó construir más templos, más estatuas y obeliscos, y engendrar más hijos que cualquier otro faraón. Audaz líder militar, Ramsés II condujo su ejército contra los hititas en la Batalla de Kadesh (en la actual Siria); después de llegar a un punto muerto, finalmente aceptó un tratado de paz con el reimo hitita. Es el tratado de paz más antiguo registrado, en torno a 1258 antes de Cristo. Egipto se retiró de la mayor parte de sus posesiones asiáticas dejando a los hititas competir, sin éxito, con el creciente poder emergente de Asiria y los recién llegados frigios.
La riqueza de Egipto, sin embargo, se había convertido en un objetivo tentador para la invasión; en particular, para los libios beduinos del oeste y los Pueblos de Mar, que formaban parte de la poderosa confederación de piratas griegos del mar Egeo. Inicialmente, el ejército fue capaz de repeler las invasiones, pero Egipto terminó por perder el control de sus territorios en el sur de Siria y Palestina, que en gran parte cayeron en poder de los asirios e hititas. El impacto de las amenazas externas se vio agravado por problemas internos como la corrupción, el robo de las tumbas reales y los disturbios populares. Después de recuperar su poder, los sumos sacerdotes del templo de Amón en Tebas habían acumulado vastas extensiones de tierra y mucha riqueza, debilitando al Estado. El país terminó dividido, dando inicio al Tercer Periodo Intermedio.