En Japón la tecnología de vestir sirve para personas y para mascotas
Desde un collar para determinar el ánimo de un perro o gato, hasta unos guantes para analizar nuestra técnica al tocar el piano, pasando por anteojos de realidad aumentada para todo tipo de usos
LUNES 18 DE ENERO DE 2016 • 00:32
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La miniaturización de los aparatos electrónicos podría convertir la vida diaria de las personas, y de los animales, en una situación de conexión permanente, con sensores colocados en la frente, los brazos o en anteojos, e incluso micrófonos dentro de la boca.
La segunda edición de la exposición "wearable" -un término que hace referencia al conjunto de aparatos y dispositivos electrónicos que se incorporan en alguna parte de nuestro cuerpo - abrió la semana última en Tokio. Y ofreció otro vistazo a estos aparatos que se aplican a campos tan diversos como la salud, el deporte, el mantenimiento, el entretenimiento o incluso la comunicación con los animales.
Masayoshi Asai diseñó un collar-sensor conectado a una aplicación para smartphones que es capaz de traducir "los comportamientos de gatos o perros en sentimientos que aparecen en una pantalla", como el hambre o el sueño. "Es como la Internet de los animales", explica, haciendo referencia a la Internet de las Cosas (que conecta objetos cotidianos como una heladera o un tacho de basura a la Red).
"Pero no sólo esto. Al registrar estos comportamientos, se puede por ejemplo detectar una anomalía potencialmente reveladora de una enfermedad", indica. Ya existen otros collares de este tipo en el mercado.
Al contrario de los animales, los seres humanos no necesitan sensores para comunicar sus deseos, pero aún así los aparatos electrónicos corporales pueden satisfacer otras necesidades.
El profesor Shusuke Yoshimoto, de la Universidad de Osaka, presentó "un sistema sensorial simple que se adhiere a la frente" para interpretar las ondas neuronales. Puede ser utilizado para detectar la reacción de un paciente paralizado a un tratamiento médico o pedir algo con un simple parpadeo.
Corregir la postura
El conglomerado Toshiba diseñó por su parte un sensor que se pega al pecho "para evaluar la calidad del sueño, teniendo en cuenta, el pulso, la temperatura de la piel y el flujo sanguíneo", explica el investigador Fumihiko Madate.
En cuanto a NEC, sus investigadores imaginaron, junto con el fabricante de textiles Gunze, un pequeño dispositivo (todavía en forma de prototipo) que también se coloca en el pecho y que "analiza la postura, mide el ritmo cardíaco y el consumo de calorías de una persona utilizando las propiedades eléctricas del tejido de su camisa", describe Motoyoshi Hasegawa.
El usuario recibe la información, por ejemplo sobre si tiene o no una postura correcta, en su smartphone. "Así podemos prevenir dolores de espalda", detalla Katsumasa Kono, quien trabaja en estos dispositivos en Gunza.
Captar, analizar, corregir, es también lo que hace Yamaha, el fabricante de pianos y otros instrumentos musicales, con guantes que permiten registrar los movimientos precisos de los dedos de un virtuoso.
Estas tecnologías de captura de parámetros físicos pueden usarse con anteojos de realidad aumentada, donde información proveniente de una base de datos se superpone a lo que uno está realmente viendo para, por ejemplo, guiar los gestos de un chef de cocina -lo que propone Toshiba- o de un cirujano.
Sin embargo, la manipulación de estos aparatos en miniatura puede a veces ser complicada, pero ya hay algunas soluciones. Sharp, por ejemplo, desarrolló un pequeño proyector que permite mostrar información sobre cualquier superficie (la palma de la mano o una pared), con lo que no es necesario tener un smartphone.
Murata, especialista de los pequeños componentes, redujo el tamaño de los conmutadores circulares "para que quepan en patillas de unos anteojos" y Toshiba trabaja en los comandos de voz como interfaz de instrucción, uno de los modos más naturales.
Agencia AFP
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