jueves, 23 de julio de 2015

Marcos Brunet - Cambiemos nuestra forma de pensar

Amigos, yo crecí en la ciudad de Mazatlan, Sinaloa. No nací ahí, porque mi madre y mi padre son latinoamericanos, pero extranjeros en México.
Mis padres aún viven, así es que no puedo revelar mi nacionalidad ni la de ellos; ya que, tanto mis padres como yo fuimos personas muy conocidas en altos círculos de la sociedad.


Nos dimos a conocer primero en Mazatlán, luego en la capital y otras ciudades circunvecinas; y ya en los últimos años de mi carrera en el ocultismo, llegamos a conocer gente de alcurnia, tanto de México como de los Estados Unidos , Colombia y otros países sudamericanos. Incluso España, Europa y hasta desde las Filipinas nos venían a ver, porque decían ellos que éramos muy buenas: brujas de mucho poder, buenas adivinas, que hacíamos buenos amarres para atraer hombres, pero más bien, creo que nos consideraban unas talentosas consejeras.
No era para menos, ya que mi madre aprendió de su madre rituales que, ustedes, los editores de este sitio web, me prohibieron describir y mencionar por nombre cada uno de ellos. Pero les doy la razón, ya que este mensaje no es para darle publicidad al diablo, sino para darle gloria y honra al Altísimo que vive para siempre, Cristo. Amén, ¡aleluya!
Sin embargo, aprendí muchas cosas de mi madre, quien también me enseñó empíricamente la lectura de cartas del tarot, amarres, conjuros, maldiciones, bendiciones, afirmaciones, declaraciones. PRESIONA ABAJO BOTON AZUL "SIGUIENTE" PARA SEGUIR LEYENDO

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