Jesús en los nuevos movimientos religiosos de origen cristiano
Varios movimientos religiosos de filiación cristiana, surgidos a partir de la segunda mitad del siglo XIX, se apartan de las creencias tradicionales de las religiones cristianas mayoritarias en lo referente a la doctrina de la Trinidad, la naturaleza de Cristo y su misión. Por ello se discute por parte de los grupos tradicionales si estos movimientos pueden considerarse propiamente cristianos.
Los mormones (La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días) creen que Jesucristo ofrece la salvación en dos aspectos diferentes, de la muerte física y de la muerte espiritual.182 La iglesia mormona, fundada en Estados Unidos, también mantiene la creencia de que, después de su resurrección, Jesucristo visitó América y continuó allí su enseñanza.183
Los testigos de Jehová consideran a Jesús como el único ser creado por Dios directamente y que actualmente no es un hombre ni el Dios todopoderoso, sino «una poderosa criatura espiritual» entronizado como rey.184 También creen que Jesús no es parte de una trinidad,185 y que no resucitó por sí mismo, sino que Dios lo resucitó.186 Los Testigos de Jehová afirman que Jesús no murió en una cruz sino en un madero187 y por ende no usan la cruz ni ningún otro símbolo.188 Otro punto que caracteriza sus creencias es que Jesucristo se convirtió en Rey en el cielo en el año 1914 y el Arcángel Miguel es Jesucristo en su posición celestial.189
Para la Ciencia Cristiana (Iglesia Científica de Cristo) de Mary Baker Eddy, Jesús el Cristo tiene una dualidad: uno es Jesús como hombre humano y la otra es Cristo como la idea divina. Jesús representó Cristo, es decir la verdadera idea de Dios.190 Este «Cristo-espíritu» gobernó al Jesús físico.191 Con la ascensión desapareció Jesús pero la identidad espiritual o Cristo «continúa existiendo en el orden eterno de la Ciencia Divina, redimiendo los pecados del mundo192 Jesús no es Dios sino el Hijo de Dios y uno con Dios en «calidad y no en cantidad».193 Dios no es un salvador corpóreo sino un Principio salvador.194 La salvación no se logra mediante el perdón sino una reforma y recurso de Espíritu.195
Los adventistas del Séptimo Día hacen hincapié, como la mayoría de los grupos adventistas, en una escatología de signo milenarista que considera inminente la Parusía (segunda venida de Cristo), la cual se realizará de modo visible y tangible.196
Otros movimientos se apartan bastante más de las creencias cristianas, ya que niegan de plano su misión salvadora.197
Jesús en otras religiones
Jesús según el judaísmo
Artículos principales: Ieshú y Yeshúa.
El judaísmo, religión en cuyo marco se desarrolló la predicación de Jesús, rechaza la creencia de que Jesús es Dios, ya que resulta incompatible con su estricto monoteísmo. Igualmente rechaza su identificación con el Mesías o como profeta.
En líneas generales, puede decirse que el judaísmo prestó escasa atención a Jesús de Nazaret. Sin embargo, un personaje llamado Yeshu (alt: Jeshu, Yeishu, en hebreo: יש"ו) es mencionado en antiguos textos rabínicos, entre ellos el Talmud de Babilonia, redactado en fecha anterior al año 600, y la literatura midrásica, de entre 200 y 700. El nombre es similar, aunque no idéntico, a Yeshúa, que es considerado por muchos autores el nombre original de Jesús en arameo. Además, en varios manuscritos del Talmud de Babilonia aparece con el sobrenombre Ha-Notztri, que puede significar ‘el Nazareno’. Por este motivo, y por ciertas coincidencias entre la historia de Jesús conocida por los evangelios cristianos y la del Yeshu citado en el Talmud, algunos autores han identificado a ambos personajes. Existen, sin embargo, discrepancias sobre este punto.
En los textos rabínicos, Yeshúa es caracterizado desde un punto de vista muy negativo: aparece como un embaucador que empuja a los judíos a apostatar de su religión.
Jesús en las religiones gnósticas
Artículo principal: Gnosticismo
El gnosticismo es un conjunto de religiones heterogéneas que florecieron cuando las religiones locales de Asia entraron en contacto con el helenismo. A pesar de su diversidad de contenidos, comparten algunos rasgos, a veces de estilo y, a veces, de contenido. Por ejemplo, era muy común en ellas atribuir al mundo un origen maligno o defectuoso. Para algunas religiones gnósticas, el mundo había sido creado por malignos demiurgos que tenían al hombre encerrado en la existencia terrenal e ignorante de su condición de prisionero. Para otras, el mundo era el fruto de un fracaso o tragedia creativos. Los que conocían (gnosis) esta verdad podían intentar escapar. En contacto con el cristianismo, aparecieron nuevas variantes gnósticas. Las más destacadas fueron:
Marción de Sínope (siglo II): es el único gnóstico que reconoció a Jesús de Nazaret como único y verdadero Hijo de Dios. Sin embargo, el Dios que propugna Marción no es el Dios del Antiguo Testamento y, por lo tanto, su acto, más que redentor, es liberador. Es decir, el Dios del Antiguo Testamento crea al hombre y el Dios del Nuevo Testamento lo libera o manumite pagando para ello el precio de su sangre.
Valentín (siglo II): fue el fundador de otra escuela gnóstica. Para él, Jesús de Nazaret fue una divinidad creada para redimir a la propia divinidad de un defecto o desorden interno sufrido durante el proceso de la creación.
Simón Mago (siglo I): fue un predicador gnóstico que se autoproclamó encarnación del Padre. Para él, Jesús de Nazaret había sido una encarnación previa del Hijo.
Basílides de Alejandría (siglo II): fue el fundador de otra secta gnóstica. Consideraba que la muerte de Jesús era incompatible con su naturaleza divina y, por lo tanto, había sido una muerte ilusoria.
Mani (siglo III): fundador del maniqueísmo. Dentro de su sistema, Jesús de Nazaret, Zoroastro y Buda habían sido tres predecesores cuya enseñanza él completaba y culminaba.