Ubicación geográfica[editar]
El territorio que ocupaba Egipto en la antigüedad estaba constituido por una estrecha y larga franja correspondiente al valle del río Nilo, en el noreste de África. Este río nace en los lagos Victoria y Alberto y desemboca en forma de delta en el mar Mediterráneo. Tan solo 60 kilómetros de ancho y 1200 kilómetros de largo constituían este valle de tierras fértiles rodeado en gran parte por el desierto del Sáhara.
Cronología[editar]
Antiguo Egipto
Dinastías y faraones
Periodo predinástico
Periodo protodinástico
Periodo arcaico: Iª - II
Imperio Antiguo: III IV V VI
I PI: VII VIII IX X XI
Imperio Medio: XI XII
II PI: XIII XIV XV XVI XVII
Imperio Nuevo: XVIII XIX XX
III PI: XXI XXII XXIII XXIV XXV
Periodo tardío: XXVI XXVII
XXVIII XXIX XXX XXXI
Periodo Helenístico:
Macedónico. Ptolemaico
Periodo Romano
La obtención de una cronología exacta del Antiguo Egipto es una tarea compleja. Existen diversos criterios de datación entre egiptólogos, con divergencias de algunos años en los últimos períodos, de décadas al principio del Imperio Nuevo y de casi un siglo durante el Imperio Antiguo (véase: Cronología del Antiguo Egipto).
El primer problema surge por el hecho de que los egipcios no utilizaron un sistema de datación homogéneo: no tenían un concepto de una era similar al Anno Domini, o la costumbre de nombrar los años, como en Mesopotamia (véase Limmu). Databan con referencia a los reinados de los diversos faraones, solapando posiblemente los interregnos y las épocas de corregencia. Un problema añadido surge al comparar las distintas Listas Reales de faraones, pues están incompletas o con datos contradictorios, incluso en el mismo texto. Las obras del mejor historiador sobre Egipto, Manetón, se perdieron y solo las conocemos a través de epítomes de escritores posteriores como Flavio Josefo, Eusebio de Cesarea, Sexto Julio Africano o el monje Jorge Sincelo. Desafortunadamente las fechas de algunos reinados varían de uno a otro autor.
Los inicios de la civilización egipcia[editar]
Las evidencias arqueológicas indican que la civilización egipcia comenzó alrededor del VI milenio a. C., durante el Neolítico, cuando se asentaron los primeros pobladores (véase el periodo predinástico). El río Nilo, en torno al cual se asienta la población, ha sido la línea de referencia para la cultura egipcia desde que los nómadas cazadores-recolectores comenzaron a vivir en sus riberas durante el pleistoceno. Los rastros de estos primeros pobladores quedaron en los objetos y signos grabados en las rocas a lo largo del valle del Nilo y en los oasis.
A lo largo del Nilo, en el XI milenio a. C., una cultura de recolectores de grano había sido substituida por otra de cazadores, pescadores y recolectores que usaban herramientas de piedra. Los estudios también indican asentamientos humanos en el sudoeste de Egipto, cerca de la frontera con Sudán, antes del 8000 a. C. La evidencia geológica y estudios climatológicos sugieren que los cambios del clima, alrededor del 8000 a. C., comenzaron a desecar las tierras de caza y pastoreo de Egipto, conformándose paulatinamente el desierto del Sáhara. Las tribus de la región tendieron a agruparse cerca del río, en donde surgieron pequeños poblados que desarrollaron una economía agrícola. Hay evidencias de pastoreo y del cultivo de cereales en el este del Sáhara en el VII milenio a. C.
Alrededor del 6000 a. C., ya había aparecido en el valle del Nilo la agricultura organizada y la construcción de grandes poblados. Al mismo tiempo, en el sudoeste se dedicaban a la ganadería y también construían. El mortero de cal se usaba en el 4000 a. C. Es el denominado periodo predinástico, que empieza con la cultura de Naqada.
Entre el 5500 y el 3100 a. C., durante el Predinástico, los asentamientos pequeños prosperaron a lo largo del Nilo. En el 3300 a. C., momentos antes de la primera dinastía, Egipto estaba dividido en dos reinos, conocidos como Alto Egipto Ta Shemau y Bajo Egipto Ta Mehu.9 La frontera entre ambos se situaba en la actual zona de El Cairo, al sur del delta del Nilo.
La historia de Egipto, como Estado unificado, comienza alrededor del 3050 a. C. Menes (Narmer), que unificó el Alto y el Bajo Egipto, fue su primer rey. La cultura y costumbres egipcias fueron notablemente estables y apenas variaron en casi 3000 años, incluyendo religión, expresión artística, arquitectura y estructura social.
La cronología de los reyes egipcios da comienzo en esa época. La cronología convencional es la aceptada durante el siglo XX, sin incluir cualquiera de las revisiones que se han hecho en ese tiempo. Incluso en un mismo trabajo, los arqueólogos ofrecen a menudo, como posibles, varias fechas e incluso varias cronologías, y por ello puede haber discrepancias entre las fechas mostradas en las distintas fuentes. También se dan varias posibles transcripciones de los nombres. Tradicionalmente la egiptología clasifica la historia de la civilización faraónica dividida en dinastías, siguiendo la estructura narrativa de los epítomes de la Aigyptiaká (Historia de Egipto), del sacerdote egipcio Manetón.
Periodos de la historia de Egipto[editar]
Periodo predinástico (c. 5500 a. C. - 3200 a. C.)[editar]
Artículo principal: Periodo predinástico
Véanse también: Naqada I y Naqada II.
Perro amratiense de piedra. Louvre.
Los primeros pobladores de Egipto alcanzaron las riberas del río Nilo, por entonces un conglomerado de marismas y foco de paludismo, en su huida de la creciente desertización del Sáhara.
Un típico Naqada II jarra decorada con gacelas. (Periodo predinástico)
Se sabe por los restos arqueológicos que antiguamente el Sáhara tenía un clima mediterráneo, más húmedo que el actual. En los macizos del Ahagar y el Tibesti había abundante vegetación. Para aquellos pobladores, el Sáhara sería una extensa estepa con grandes herbívoros que cazar. Las culturas saharianas son, en gran medida, desconocidas, pero no por ello inexistentes.
Las sucesivas fases del neolítico están representadas por las culturas de El Fayum, hacia el 5000 a. C., la cultura tasiense, hacia el 4500 a. C. y la cultura de Merimde, hacia el 4000 a. C. Todas ellas conocen la piedra pulimentada, la cerámica, la agricultura y la ganadería. La base de la economía era la agricultura que se realizaba aprovechando el limo, fertilizante natural que aportaban las anuales inundaciones del río Nilo.
Vasija de terracota con forma de ave (Naqada II).
Louvre.
Tras estas culturas aparecieron la badariense y la amratiense o Naqada I, entre 4000 y 3800 a. C.
Hacia el año 3600 a. C. surge la gerzeense o Naqada II, que se difunde por todo Egipto, unificándolo culturalmente. Esta consonancia cultural llevará a la unidad política, que surgirá tras un periodo de luchas y alianzas entre clanes para imponer su supremacía.
Para lograr mayor eficacia y producción, hacia 3500 a. C., comenzaron a realizarse las primeras obras de canalización y surge la escritura con jeroglíficos en Abidos. En esta época comenzaron los proto-estados:
Las primeras comunidades hicieron habitable el país y se organizaron en regiones llamadas nomos. Los habitantes del Delta tenían una organización feudal y llegaron a establecer dos reinos con dos jefes o monarcas respectivamente. Un reino estaba asentado en un lugar pantanoso, que se llamaba reino del Junco y tenía como símbolo un tallo de junco. Su capital era Buto; tenían a una cobra como tótem. El otro reino tenía como capital a Busiris y como tótem un buitre pero su símbolo era una abeja y llegó a conocerse como reino de la Abeja. Ambos reinos estaban separados por un brazo del río Nilo.
El reino de la Abeja conquistó al reino del Junco de manera que el Delta quedó unificado. Pero algunos de los vencidos huyeron a establecerse en la zona del Alto Egipto donde fundaron ciudades dándoles el mismo nombre que aquellas que habían dejado en el Delta. Por eso muchas ciudades de esta época tienen nombres semejantes en el Alto y Bajo Egipto. Estas gentes fueron prosperando considerablemente hasta llegar a organizarse en un Estado.